2015: menos propósitos y más voluntad para cumplirlos.

Cada año que empieza renovamos largas listas de propósitos que muy pronto acaban arrinconadas y que ni siquiera nos molestamos en verificar una vez transcurridos los 365 reglamentarios días. 

El problema con tales listas es que la euforia de cada nuevo comienzo, si no es debidamente contrastada con nuestros errores u omisiones pasados, nos lleva una y otra vez a un ilusorio punto de partida. Por esta razón, sugiero reducir el catálogo de buenas intenciones y reforzar nuestra voluntad para su cumplimiento. 

Aquí va mi propuesta:

  1. Sonríe MUCHO más y sé constante en tu cordialidad.
  2. Desarrolla más autocrítica y mucha más energía para corregir los errores propios.
  3. Trata de meterte mucho más en la piel ajena antes de despellejar con tu crítica.
  4. Lo bueno cuesta. Debe costar para saber valorarlo en su justa medida. Haz que te cueste.
  5.  Atente con rigurosa disciplina a los propósitos anteriores y pronto verás los resultados.

Ah, y como siempre les digo: aunque el ascenso sea duro, Never Surrender.

Que tengan un muy potente y voluntarioso comienzo de año.