Una coyuntura global tremendamente complicada.

Desgraciadamente, se confirman las tendencias globales que apuntaba en mi artículo del mes de marzo en Sintetia : “Crisis, What Crisis?”:

  1. Los efectos de la invasión rusia de Ucrania tienen impacto mundial, especialmente en los más vulnerables.

  2. La política energética ha virado hacia la seguridad del suministro y la diversificación de las fuentes, y es un camino de no retorno.

  3. Del mismo modo, la seguridad alimentaria se ha convertido en otra prioridad estratégica.

  4. Se intensifica la carrera por las materias primas estratégicas, tierras raras, materiales críticos y productos básicos. Una carrera que no será amistosa y que augura inestabilidad en los países productores política e institucionalmente más débiles.

  5. Veremos cambios muy importantes en la gestión de las cadenas de suministro.

  6. Los estándares tecnológicos mundiales tienen más posibilidades de diverger. La competencia gana terreno a la cooperación, a ritmo acelerado.

  7. Los efectos en el sistema financiero son todavía imprevisibles: la volatilidad es la nueva normalidad.

  8. El gasto en defensa aumenta y lo seguirá haciendo en los próximos años.

  9. El ciberespacio es un escenario creciente de conflicto. Y el entorno espacial empieza a serlo también.

  10. La incertidumbre sigue siendo máxima; cualquier escenario es posible.

En estos momentos, no soy nada optimista: vamos a peor.